miércoles, 30 de octubre de 2013

ALGO MÁS QUE LA REALIDAD

Por Laura Ropero y Julieth Sepúlveda

El proyecto “Algo más que la realidad”  tiene como objetivo reflexionar sobre el imaginario que tienen las personas sobre algunas supersticiones. Para lograr  este objetivo realizamos encuestas y entrevistas a 50 personas de  la ciudad. Curiosamente el 95% de estas personas dicen no creer en las supersticiones que oscilan entre lo supersticioso y lo paranormal, mientras que el 5% restante dice haber experimentado eventos que no pueden explicarse de manera racional.
Años atrás se contaban relatos de seres sobrenaturales que permitían crear un juego macabro para asustar a los niños. Hoy en día los más conocidos son “La Llorona”,  que es la historia de una mujer que por miedo a criar a su hijo, abortó, y lo arrojó al río, y quien desde entonces todas las noches se aparece con una imagen física escalofriante, gritando “donde está mi hijo” y llorando a gritos. Esta historia nos fue relatada por el señor Amezquita en el ancianato  de la cuidad de Duitama. “El Hojarasquin”, es la historia de un joven que por ser muy grosero con la mamá se convierte en un árbol feo, asustando a todos aquellos que se portan mal con la mamá. Otras personas relatan cuentos sobre “El diablo” y sobre “Las almas benditas”
Estos últimos dicen que si un alma no cumplía su misión se quedaba en el mundo terrenal, pagando sus penas y tratando de que alguien la ayudara; se dice que hay un día especial en el año, el 1 de Noviembre, en el que las almas se reúnen; sin embargo para que las almas puedan subir al cielo, las personas  que las quieran ayudar deben arrodillarse y rezar un Padre Nuestro.
Algunas personas dicen que a veces en imágenes, manchas, sombras o siluetas, se ve o se siente la presencia de cosas sobrenaturales, sin embargo hay personas que dicen haberlos visto en rincones, paredes o esquinas y solucionan estos dilemas diciendo que son almas, que por alguna razón permanecen en este lugar.
Con ciertas historias se percibe otro tipo de problemas, por ejemplo al pensar que el diablo se le aparece a los hombres infieles por conjuro de sus propios amantes. Otros opinan que se debe tener cuidado con los duendes ya que ellos te persiguen cuando quieren, son pequeños, traviesos y mal educados, y hay quienes agregan que se obsesionan especialmente con las niñas.
En los colegios también se concentra una gran cantidad de relatos; en los pasillos, presencias que no pueden explicarse o elementos extraños en las noches; zombis de niños que deambulan queriendo escapar o encontrar su clase, apagando y prendiendo las luces, asombrando a los porteros en las noches y a trabajadores que pretender seguir cumpliendo su labor, son ejemplos de estos imaginarios.
Estudiantes del grado sexto afirman que: “nunca han dañado los jardines, que debió ser el duende”. En el colegio también se ven profesores fantasmas, directivos fantasmas, estudiantes fantasmas haciendo evaluaciones fantasmas que arrojan resultados o notas fantasmales; lo que más nos aterraría sería una izada de bandera fantasmal, o la mujer con cabello largo que camina en la sala de dibujo que según los estudiantes de sexto, quizás anda buscando su clase o simplemente no puede descansar en paz.
Uno de los objetivos de nuestro proyecto consistió en poder refutar el rumor que existe sobre los restos que reposan en un antiguo cajón de madera que se ubica en el tercer piso, frente al taller de diseño; le exigimos a la profesora que nos permitiera revisar el cajón minuciosamente y no pudimos encontrar nada, aunque hay quienes dicen que a veces se escucha cierto llanto; sin embargo una persona que nos pidió que no rebeláramos su nombre, nos contó que los restos fueron trasladados a otro lugar antes que se hiciera la fusión con la Tundama en el año 2002; la persona manifiesta no saber a donde fueron trasladados.
Otra de las historias que nos llamó la atención, fue el relato de la mujer con cabello largo que camina en la sala de dibujo; se dice que hace pausas, que enciende y apaga la luz, que se ve su sombra de un lado a otro, que deshace las planchas y corre las cortinas (aclaramos sin embargo, que nunca ha habido cortinas en la sala) y lee los mensajes de amor o desamor que se envían los estudiantes a través de las mesas.
Entrevistamos a la profesora de dibujo técnico, Andrea Rubiano y ella señaló que no cree en esas cosas sobrenaturales, y que por consiguiente no ha visto, ni sentido presencias extrañas en el salón.
Ya saliendo del colegio, en otros sitios donde comúnmente hacen sus apariciones, es en las casas antiguas de la ciudad; una de estas historias cuenta que en la “20”, en uno los extintos burdeles se escuchaba el llanto de un bebe; el relato nos recuerda el siguiente poema de José Manuel Arango:

ACERCA DEL NIÑO NACIDO EN LA CASA DE PUTAS


Y si en la casa de putas nace un niño
Y si los hombres cuando acaban de desvestirse para fornicar en la noche
lo oyen llorar al fondo de la casa o de su corazón vacío.


La persona nos contó que el lugar siempre permanecía frío, lleno de soledad y tristeza; se cuenta que en la remodelación de las paredes se descubrieron los restos del bebé y que el hombre no dio aviso a las autoridades pensando que el bebe sería el ángel que cuidaría del lugar, razón por la cual no dio aviso a las autoridades.

Si recuerdan alguna historia que podamos agregar a nuestro relato, háganosla llegar, por ahora nos despedimos pensando que estas palabras no son nuestras sino que estos seres sobrenaturales nos las dictaros.


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