Por: Guernica
Amarse a sí mismo es el fundamento de la
autoestima. Hay situaciones en la vida que nos conducen a tomar caminos
equivocados, dejando que nos guíen las voces del egoísmo, los estereotipos y
las modas. Muchas veces sin darnos cuenta dañamos nuestra vida y la de las
personas que nos rodean, seguimos ideas erróneas acerca de lo correcto, de las
decisiones que se deben tomar y de lo realmente importante en la vida.
La palabra
bulimia procede del latín būlīmia,
que a su vez proviene del griego βουλῑμια (boulīmia), que se compone de βούς
(bous), buey y λῑμος (līmos), hambre1. Y significa
hambre en exceso o hambre de buey. El término
Bulimia Nerviosa fue nombrado y descrito por primera vez por el psiquiatra británico Gerald Russell en 1979[1].
La Bulimia es
un trastorno alimentario y psicológico caracterizado
por la adopción de conductas en las cuales el individuo se aleja de las pautas
de alimentación saludables consumiendo comida en exceso en períodos de tiempo
muy cortos, para después buscar o eliminar el exceso de alimento a través de
vómitos o laxantes. El temor a engordar afecta directamente los sentimientos y
emociones del enfermo, influyendo de esta manera en su estado anímico que en
poco tiempo desembocará en problemas depresivos. Otra de las causas es la
presión sociocultural, que ocupa un importante lugar; de esta manera se induce
a adolescentes a alcanzar un cuerpo delgado y esbelto. Esto se puede ver
evidenciado, por ejemplo, en comerciales donde aparecen mujeres de esbeltas
figuras, o la moda textil en donde pareciera que sólo se fabrica ropa para
personas muy delgadas. Por lo general esta enfermedad se da en adolescentes con
problemas en su autoestima, es decir dependen de alguien ya sea un familiar o
pariente; muchas veces al perder esta autonomía, la persona la compensa con un
control excesivo de la dieta [Wikipedia].
Digamos que mi nombre es Guernica, a los 15
años me miré al espejo y me entró un asco mortal, me vi gorda, me sentí
patética, horrible, tenía que hacer algo por bajar de peso, así que decidí
comer la mitad de todo; recuerdo que bajé tallas, el uniforme del colegio me
quedaba muy grande pero aún me seguía sintiendo insegura. Subí unos kilos en
vacaciones de ese año, seguí el ejemplo de mi prima la cual ya lleva más
de 10 años haciendo dietas extremas de meses o simplemente comiendo de todo y
vomitando; pensé que era "muy fácil" y lo intenté, al inicio no
pude, pero luego lo "logré", no puedo creer que eso me hiciera feliz,
aún sabiendo que iba a ser el principio del infierno.
Luego alternaba periodos de comer sólo frutas,
y vómitos. Pasaron los meses, siempre era así. Ya lo sentía como parte de mi
vida, vomitar era como respirar, lavarme los dientes o dormir. Sólo
descansaba los días que entrenaba, el ejercicio me hacía no tener hambre y solo
sobrevivía con frutas y tomando mucha agua; ocho meses con la cabeza metida en
el inodoro, con los laxantes desgarrándome los intestinos.
En éste momento mi adicción a la comida se
vuelve insoportable, subí un poco de peso, soy esclava de la báscula.
Antes de la enfermedad pesaba 65 kilos, mido 1.67, estaba gorda y decidí
que era momento de hacer algo "radical”; eran vacaciones de final de año
así que iba a ser más fácil; primero frutas y agua, luego menos frutas, días de
vómitos y laxantes,; luego cuando empezaba a bajar de peso, el miedo por subir
se apoderó de mí; tenía terror de vomitar, entonces pensé que lo mejor era
dejar de comer, llegué a pesar 48 kilos, la anorexia se había hecho presente,
pero al entrar al colegio la ansiedad por comer era muy fuerte así que
volví a mi habito de vomitar. Era todo; depresión, ganas de no seguir, apatía
por todo, por vivir; llegar a sentir que la vida no tenía rumbo ni sentido.
Mi vida giraba en torno a la comida; además de
esto al poco tiempo le diagnosticaron un tumor en la cabeza a mi mamá, esta
noticia me derrumbó por completo; fueron meses caóticos, todo parecía salirse
de control. Empecé a ganar peso, comía y comía, nuevamente empecé a vomitar,
lloraba, era un martirio, mi vida era un verdadero asco, vómitos, comida, más
vómitos; ahora comprendo que solo era una manera de llamar la atención,
de pedir "auxilio" porque me daba vergüenza decirle a todos que ya no
podía más; empezaron a dolerme los huesos, me empecé a sentir mal... a veces
siento que mi corazón se acelera y me asusto. Me duele demasiado la espalda, a
veces ni puedo caminar, ni puedo estar sentada mucho tiempo porque el dolor es
insoportable, mi digestión es un desastre, ya ni siquiera tengo menstruación,
me duele el estomago, siento ardores insoportables.
Definitivamente, la bulimia que es quien más
me ha "acompañado" estos meses, destruye mi salud física y mental. He
tratado de estar mejor, he tratado de controlarla, pero sola no he podido, solo
quiero estar "delgada”, en realidad es mucho más que eso, es sentirse
inconforme con todo, con rabia contra todo contra los que se sienten bien
consigo mismos, sentir que nada vale la pena. Odio vomitar todo pero es
inevitable. Odio lastimarme y lastimar a los seres que amo mientras como sin
parar, para tratar de tapar el vacío que tengo dentro, con un atracón de
lo que sea...
A veces leo los comentarios
en Internet de chicas pidiendo ser anoréxicas. Cómo quisiera poder
ayudarlas. Decirles que yo me siento como una anciana, que tengo taquicardias, que
me duelen los músculos, que mis amígdalas están tan inflamadas que cada día es
más insoportable el dolor al pasar la saliva, la comida y el vómito.
Actualmente tomo mucho liquido y controlo mi
ansiedad comiendo maní, pero confieso que hay días en que sí he vomitado, entonces
me siento culpable. La "última" vez que prometí no hacerlo, pensé que
me iba a morir, empecé a temblar, y mi corazón latía demasiado rápido, me
zumbaban los oídos, me asusté muchísimo; ya han pasado tres meses, así que decidí
acudir a un psicólogo con mi mamá; estoy en tratamiento, tuvieron que
internarme una semana y darme charlas sobre autoestima.
La bulimia y la anorexia no son
enfermedades físicas, son enfermedades del alma. No sé cuál es peor, cada una es diferente y las dos son igual de
dañinas y destructoras; te absorben la vida, la energía y la alegría; son como
una cadena que va pasando por las personas con poca autoestima o que se sienten
mal con su apariencia física; en mi familia por ejemplo mis primas y yo hemos
caído en las burlas y nos hemos dejado llevar por las apariencias y poco a poco
vamos destruyéndonos, solo para seguir una imagen de perfección errónea que se
ha impuesto.
Espero que esto que les digo no quede solo en
un “lástima”, “pobre chica” o “eso no me pasará”; al contrario, ojala logren
entender que la vida no es un juego, y que nuestro cuerpo es un templo sagrado
que hay que cuidar, los estereotipos son ideas erróneas que no valen más que la
felicidad verdadera.
[1] 2. ↑ Russell G (August 1979).
«Bulimia nervosa: an ominous variant of anorexia nervosa». Psychological
Medicine 9 (3): pp. 429–48. Doi: 10.1017/S0033291700031974. PMID 482466.
3. ↑ Palmer R (December 2004).
«Bulimia nervosa: 25 years on». The British Journal of Psychiatry: the
Journal of Mental Science 185 (6): pp. 447–8. doi:10.1192/bjp.185.6.447. PMID 15572732.
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