domingo, 27 de octubre de 2013

LA ESCLAVITUD DE LA BÁSCULA

Por: Guernica
Amarse a sí mismo es el fundamento de la autoestima. Hay situaciones en la vida que nos conducen a tomar caminos equivocados, dejando que nos guíen las voces del egoísmo, los estereotipos y las modas. Muchas veces sin darnos cuenta dañamos nuestra vida y la de las personas que nos rodean, seguimos ideas erróneas acerca de lo correcto, de las decisiones que se deben tomar y de lo realmente importante en la vida.

La palabra bulimia procede del latín būlīmia, que a su vez proviene del griego βουλῑμια (boulīmia), que se compone de βούς (bous), buey y λῑμος (līmos), hambre1. Y significa hambre en exceso o hambre de buey. El término Bulimia Nerviosa fue nombrado y descrito por primera vez por el psiquiatra británico Gerald Russell en 1979[1].

La Bulimia es un trastorno alimentario y psicológico caracterizado por la adopción de conductas en las cuales el individuo se aleja de las pautas de alimentación saludables consumiendo comida en exceso en períodos de tiempo muy cortos, para después buscar o eliminar el exceso de alimento a través de vómitos o laxantes. El temor a engordar afecta directamente los sentimientos y emociones del enfermo, influyendo de esta manera en su estado anímico que en poco tiempo desembocará en problemas depresivos. Otra de las causas es la presión sociocultural, que ocupa un importante lugar; de esta manera se induce a adolescentes a alcanzar un cuerpo delgado y esbelto. Esto se puede ver evidenciado, por ejemplo, en comerciales donde aparecen mujeres de esbeltas figuras, o la moda textil en donde pareciera que sólo se fabrica ropa para personas muy delgadas. Por lo general esta enfermedad se da en adolescentes con problemas en su autoestima, es decir dependen de alguien ya sea un familiar o pariente; muchas veces al perder esta autonomía, la persona la compensa con un control excesivo de la dieta [Wikipedia].

Digamos que mi nombre es Guernica, a los 15 años me miré al espejo y me entró un asco mortal, me vi gorda, me sentí patética, horrible, tenía que hacer algo por bajar de peso, así que decidí comer la mitad de todo; recuerdo que bajé tallas, el uniforme del colegio me quedaba muy grande pero aún me seguía sintiendo insegura. Subí unos kilos en vacaciones de ese año, seguí el ejemplo de mi prima la cual ya lleva más  de 10 años haciendo dietas extremas de meses o simplemente comiendo de todo y vomitando;  pensé que era "muy fácil" y lo intenté, al inicio no pude, pero luego lo "logré", no puedo creer que eso me hiciera feliz, aún sabiendo que iba a ser el principio del infierno.

Luego alternaba periodos de comer sólo frutas, y vómitos. Pasaron los meses, siempre era así. Ya lo sentía como parte de mi vida, vomitar era como respirar,  lavarme los dientes o dormir. Sólo descansaba los días que entrenaba, el ejercicio me hacía no tener hambre y solo sobrevivía con frutas y tomando mucha agua; ocho meses con la cabeza metida en el inodoro, con los laxantes desgarrándome los intestinos.

En éste momento mi adicción a la comida se vuelve insoportable, subí un poco  de peso, soy esclava de la báscula. Antes de la enfermedad pesaba  65 kilos, mido 1.67, estaba gorda y decidí que era momento de hacer algo "radical”; eran vacaciones de final de año así que iba a ser más fácil; primero frutas y agua, luego menos frutas, días de vómitos y laxantes,; luego cuando empezaba a bajar de peso, el miedo por subir se apoderó de mí; tenía terror de vomitar, entonces pensé que lo mejor era dejar de comer, llegué a pesar 48 kilos, la anorexia se había hecho presente, pero al entrar al colegio la ansiedad por comer era muy  fuerte así que volví a mi habito de vomitar. Era todo; depresión, ganas de no seguir, apatía por todo, por vivir; llegar a sentir que la vida no tenía rumbo ni sentido.

Mi vida giraba en torno a la comida; además de esto al poco tiempo le diagnosticaron un tumor en la cabeza a mi mamá, esta noticia me derrumbó por completo; fueron meses caóticos, todo parecía salirse de control. Empecé a ganar peso, comía y comía, nuevamente empecé a vomitar, lloraba, era un martirio, mi vida era un verdadero asco, vómitos, comida, más vómitos; ahora comprendo que solo era  una manera de llamar la atención, de pedir "auxilio" porque me daba vergüenza decirle a todos que ya no podía más; empezaron a dolerme los huesos, me empecé a sentir mal... a veces siento que mi corazón se acelera y me asusto. Me duele demasiado la espalda, a veces ni puedo caminar, ni puedo estar sentada mucho tiempo porque el dolor es insoportable, mi digestión es un desastre, ya ni siquiera tengo menstruación, me duele el estomago, siento ardores insoportables.

Definitivamente, la bulimia que es quien más me ha "acompañado" estos meses, destruye mi salud física y mental. He tratado de estar mejor, he tratado de controlarla, pero sola no he podido, solo quiero estar "delgada”, en realidad es mucho más que eso, es sentirse inconforme con todo, con rabia contra todo contra los que se sienten bien consigo mismos, sentir que nada vale la pena. Odio vomitar todo pero es inevitable. Odio lastimarme y lastimar a los seres que amo mientras como sin parar, para tratar de tapar el vacío que tengo  dentro, con un atracón de lo que sea...

A veces leo los comentarios en Internet de chicas pidiendo ser anoréxicas. Cómo quisiera poder ayudarlas. Decirles que yo me siento como una anciana, que tengo taquicardias, que me duelen los músculos, que mis amígdalas están tan inflamadas que cada día es más insoportable el dolor al pasar la saliva, la comida y el vómito.

Actualmente tomo mucho liquido y controlo mi ansiedad comiendo maní, pero confieso que hay días en que sí he vomitado, entonces me siento culpable. La "última" vez que prometí no hacerlo, pensé que me iba a morir, empecé a temblar, y mi corazón latía demasiado rápido, me zumbaban los oídos, me asusté muchísimo; ya han pasado tres meses, así que decidí acudir a un psicólogo con mi mamá; estoy en tratamiento, tuvieron que internarme una semana y darme charlas sobre autoestima.  

La bulimia y la anorexia no son enfermedades físicas, son enfermedades del alma. No sé cuál es peor, cada una es diferente y las dos son igual de dañinas y destructoras; te absorben la vida, la energía y la alegría; son como una cadena que va pasando por las personas con poca autoestima o que se sienten mal con su apariencia física; en mi familia por ejemplo mis primas y yo hemos caído en las burlas y nos hemos dejado llevar por las apariencias y poco a poco vamos destruyéndonos, solo para seguir una imagen de perfección errónea que se ha impuesto.

Espero que esto que les digo no quede solo en un “lástima”, “pobre chica” o “eso no me pasará”; al contrario, ojala logren entender que la vida no es un juego, y que nuestro cuerpo es un templo sagrado que hay que cuidar, los estereotipos son ideas erróneas que no valen más que la felicidad verdadera.



[1] 2.  Russell G (August 1979). «Bulimia nervosa: an ominous variant of anorexia nervosa». Psychological Medicine 9 (3):  pp. 429–48. Doi10.1017/S0033291700031974PMID 482466.
3.  Palmer R (December 2004). «Bulimia nervosa: 25 years on». The British Journal of Psychiatry: the Journal of Mental Science 185 (6):  pp. 447–8. doi:10.1192/bjp.185.6.447PMID 15572732.

No hay comentarios:

Publicar un comentario