miércoles, 20 de noviembre de 2013

LA MEMORIA QUE SE LLEVARON

Por Leidy Rocío Núñez Niño

Los ríos guardaron y se llevaron nuestra memoria. El principal objetivo de este proyecto es rememorar por lo menos un pedacito de la historia de Duitama. La historia que hace a un pueblo, y que por lo tanto merece ser rescatada y recordada por siempre. Recolectamos información primero en internet; buscamos mapas, ubicamos lugares, nombres y recogimos otros datos. La segunda parte fue más divertida, caminamos junto a los ríos para verificar su recorrido. La última parte fue la más interesante, compartimos con las personas y escuchamos sus historias. 
Para lograr nuestro objetivo fue necesario realizar entrevistas, hablar con personas que aunque con miedo decidieron expresar abiertamente sus opiniones. Mi compañera Adriana Suárez y yo recorrimos diferentes lugares cerca a los ríos y visitamos las casas que habitan sus orillas.
Los ríos que elegimos para recorrer, por ser los más conocidos, fueron: el río Surba, el río Chicamocha y el río Chiticuy. El primero nace en la laguna Pan de Azúcar, en el Páramo de la Rusia; en 1960 se creó un acueducto tomando las aguas de este río, el cual surte a gran parte del municipio, y sirve como límite entre Duitama y Paipa en el costado nor-occidental. El río Chicamocha nace en la vereda de La Runta con el nombre de Gallinazo; todos los ríos de Duitama desembocan en él. El río Chiticuy baña las veredas de Aguatendida y Tocogua; también sirve como límite en el occidente del municipio.[1]

Cuadro de texto: Río ChiticuyAunque un río no tiene un lugar específico donde ubicarlo (sólo pasa), lleva mucho más que piedras, ramas o agua; de ellos depende el desarrollo agrícola, vital y cultural de una región, y por lo tanto influye en su historia.

Visitamos el barrio Las Lajas por donde pasa el río Chiticuy, allí entrevistamos a la señora Hilda María Aguilar quien vive cerca al río desde hace 30 años; también entrevistamos al señor Luis Martín Prieto quien lleva 25 años viviendo cerca al río Chiticuy; los dos nos hablaron de las ventajas y desventajas de vivir a orillas del río; muertes y estragos cuando el río crece por causa de las fuertes lluvias y difíciles situaciones en el Verano cuando se seca.
Una semana después recorrimos el río Surba; el lugar que visitamos fue la Trinidad; hablamos con el señor Luis Pedraza quien ha vivido toda su vida allí, con su padre y su hijo quienes llevan su mismo nombre; nos habló de su vida, su niñez y relató algunas historias. Días más tarde estuvimos a orillas del río Chicamocha, realizamos varias entrevistas y recolectamos algunos datos importantes.

Tiempo después decidimos volver al río Chiticuy, pero esta vez nos enfocamos un poco en el progreso de la zona cerca al Pueblito Boyacense y la ayuda del gobierno para estos sectores, e intentamos relacionar estos temas con el río. Acordamos dividirnos para recoger más información.

Después de muchas entrevistas concluimos que esta región se divide al parecer en dos sectores: El Rosal y El Rosal Bajo; pese a esta división existe controversia entre algunos habitantes.

El Rosal está más cerca al Pueblito Boyacense y resulta ser el más afectado: el suministro de agua no llega frecuentemente y la poca que llega está muy sucia, contaminada desde otros lugares por donde pasa el río; los habitantes más antiguos no pueden laborar como antes lo hacían por la llegada de nuevas personas y las costumbres que ellos mismos imponen. Además los habitantes dicen que el gobierno no ha ayudado a este sector.

Por el contrario, en el Rosal Bajo afirman que la región ha progresado gracias al Pueblito Boyacense: el agua llega frecuentemente y es más limpia, y se han arreglado las calles del sector, también señalan que han instalado luz eléctrica y que ahora hay transporte. Pienso que probablemente estas desigualdades se deban a que el presidente de la Junta de Acción Comunal, quien dirige ambos sectores, vive en el Rosal Bajo. 
Parte del recorrido del Río Surba en la Vereda de La Trinidad
Entre los relatos que escuchamos quiero resaltar dos: El primer relato lo escuchamos en el río Surba: el señor Luis Arcadio Pedraza Granados nació en la Finca de Porques, también llamada La Planta; ha vivido allí desde que nació (53 años); tiene doce hermanos, vive con su hijo y su padre. Durante su infancia vio a su madre lavar en las rocas grandes que se encontraban a orillas del río; en ese entonces era mucho más grande y caudaloso; durante ese tiempo no existían los puentes. Cuando llovía mucho el río crecía e inundaba los senderos, destruía los cultivos y cuando este volvía a su tamaño normal se encontraban peces muertos en los potreros y orillas de los caminos.

El segundo relato resume opiniones de la señora María Luisa Santos: tiene 50 años de edad, vive en El Rosal, cuenta que muchos de los vecinos han muerto y que la mayoría de la gente es desconocida, y que por tanto se entiende que se hayan perdido las costumbres del lugar. Cuando le preguntamos por ejemplos nos contó que las fiestas de navidad duraban tres días y podían compartir los habitantes de la región sin ningún inconveniente.

Antes se daba naturalmente el maíz, la lechuga y el cilantro, pero muy cerca se dio lugar a un basurero y la pudrición viaja a través de las aguas sobre todo cuando llueve, llegando así a las propiedades de algunos habitantes y ahora tienen que fumigar para que se den estos productos. Los candidatos a puestos políticos la buscan frecuentemente para pedir su voto ya que es muy conocida en esta zona y podría influir en los demás habitantes, pero “después no vuelven para ayudar el sector” dice la señora Luisa. Recalca también los problemas de las drogas y la delincuencia que azotan últimamente al lugar.

Después del análisis de los datos recolectados rescatamos algunas costumbres: antes las personas lavaban su ropa en las grandes rocas a orillas del río; el agua del río también era utilizada para los alimentos de la casa y de los animales; las personas usualmente se bañaban allí. Aún se conservan en algunas casas las estufas de carbón.

Cuadro de texto: “ahora sólo es agua que pasa”Intentamos rescatar un poco de historia, esa historia que se llevaron los ríos, pero que al fin y al cabo volverá, o al menos eso espero. He escuchado la famosa frase “siempre se repite la misma historia”, siempre la dicen con una voz preocupante, pero en este caso sería mucho mejor si la historia se repite. Estas costumbres nunca debieron haberse esfumado, es lo más bello que tiene un pueblo, es su identidad y el reconocimiento de su origen. Lamentablemente las perdimos por algo que algunos llaman desarrollo, pero que hasta ahora, en mi opinión, no ha valido la pena; es decir, ha acabado con los ríos y acaba con la naturaleza. Los ríos eran la base de la supervivencia, ahora no, ahora sólo es agua que pasa sin memoria. Los invito a ver el video corto que preparé con algunas fotografías… con buena música de fondo. Me voy a escribir mi artículo mientras Adriana termina de atizar la fogata y se echa un último chapuzón.


[1] GÓMEZ DE MONROY, Hilda Emma. El Lugar Donde Vives. Sin fecha. 13 a 15 p.
 POVEDA MONTES, Carlos Arturo. Municipio de Duitama Duitaporte. 2009. 12 p.
 ZUÑIGA M., Guillermo E.; PEREZ, Jorge Armando. Duitama Histórica y Futurista. 2008. 37 y 38 p.
 Sin autor. Sin título. 2004. 1 y 2 p. Biblioteca Municipal “Zenón Solano Ricaurte”

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