viernes, 8 de noviembre de 2013

UNA VIDA LLENA DE MILAGROS

                                                 POR ANGYE NATALIA  PUERTO SOTTO
Mi propósito es relatar parte de la vida de mi padre ya que para mí es un ejemplo de vida y perseverancia.
Mi padre Pablo Alonso Puerto Torres nació en una vereda de Santa Rosa De Viterbo el 2 de junio de 1968, vivió con sus padres hasta los 13 años cuando se fue de la casa  junto con su hermano mayor, Jairo Puerto Torres, quien en ese entonces tenía 15 años.
Al llegar a Duitama consiguieron trabajo  en un taller de mecánica sin saber nada  de mecánica, pero poco a poco fueron aprendiendo; no tenían donde dormir así que cuando salían de trabajar volvían a la finca; el trayecto era duro y largo ya que desde Duitama hasta Santa Rosa y luego desde Santa Rosa hasta la finca llegaban muy cansados.
Así pasó un tiempo y se fueron a vivir con su hermano a Duitama. Y Alonso vivía entre el trabajo, sus novias y la diversión.
Al cumplir 15 años, y de paseo en su cicla en el Pantano de Vargas, fue atropellado por un carro dejándolo muy malherido; incluso hasta le hicieron un croquis; sus lesiones fueron muy graves pero se dieron cuenta de que estaba vivo  y le hicieron varias operaciones porque su brazo quedó muy maltratado y casi no lo pueden recuperar; después de un tiempo pudo volver a trabajar.
Alonso comenzó a trabajar como si no le hubiera pasado nada; su mamá y su familia le ayudaron mucho; pasaron otros años muy felices, se divertía demasiado dice Alonso, pero a sus 18 años fue reclutado por el ejército aunque no debían llevarlo porque las lesiones habían dejado secuelas; aún así el ejército lo llevó al batallón de Sogamoso. Fueron tiempos muy difíciles  ya que con una pierna y un brazo “emplatinados”  no podía correr, no podía hacer ningún ejercicio; esos meses fueron difíciles e interminables; sus padres hicieron hasta lo imposible para sacarlo y seis meses después lo lograron; luego volvió a trabajar en la mecánica ya que era su trabajo preferido.
Alonso, a los 23 años se casó con Alicia Sotto; su novia desde hacía tres años; él pensó y piensa que es  la mujer de su vida, y después de  dos años de casados tuvieron a Daniel, mi hermano mayor.
Al nacer Daniel, Alicia se enfermó mucho, ya que le dio una especie de ataque de nervios y se deprimía; esto fue muy difícil para Alonso ya que le tocó  de padre, madre con un bebe recién nacido y una esposa muy enferma, y claro, un trabajo muy difícil por cumplir; luego de un tiempo Alicia se alivió,  y volvieron a salir adelante.
Alonso dice que su mayor sueño era ser camionero, hasta que lo cumplió y se compró un camión; “el verde”, le decían en el trabajo.
En este nuevo trabajo le pasaron muchas cosas, una de ellas fue una retención realizada por la guerrilla durante nueve días en el Llano; unos pensaban que los iban a matar, otros que no volverían a su casa; sin embargo salieron con vida, y eso para mí es un verdadero milagro de Dios.
La situación del camionero es dura, dice Alonso, corre la vida mucho riesgo.
En uno de los varios viajes para Cúcuta se le paralizó media cara; en ese momento fue tal el susto que salió muy rápido y fue al centro de salud de Pamplona; luego completó su entrega y se devolvió inmediatamente para Duitama y a punto de terapias logró mejorar la situación de su cara aunque no le fue totalmente satisfactoria.
En otro de sus viajes, Alonso iba llevando una carga para Yopal; era noche y tenía mucho sueño, así que le dio el camión al chofer que iba con él pero más adelante se accidentaron. 
En Duitama cuando se disponía a arreglar el camión, iba a bajarle una rueda, y al sacarla el rin se saltó y mi padre resultó muy lastimado, por poco es aplastado; no pudo caminar en semanas, pero luego con la ayuda de un bordón quedó muy bien. Luego dejó de viajar y decidió dedicarse a otro negocio. Éste consistía en procesar plásticos; adquirieron maquinaria que permitía fabricar mangueras para riego; allí tuvieron muchos inconvenientes  por el ruido y la electrificadora ponía muchos inconvenientes por el consumo de electricidad; ese fue otro trabajo muy luchado y guerriado por mi padre y mi madre.
Estas cosas lamentables son las que me han asombrado. Ver cómo mis padres han sabido afrontar los problemas. El destino le tenía otra mala pasada a mi papá; cuando se disponían  a celebrar los 45 años de matrimonio de sus padres, volvió a accidentarse. En esta ocasión iba con su hermano y  su familia en la parte trasera de una camioneta, y un montero que venía de Cerinza los impactó haciéndolos girar; Alonso con su hermano salieron a volar, quedaron muy heridos; a mi madre no le pasó nada pero él se golpeó muy fuerte, se le fracturó la columna; cuando recobró el sentido no se acordaba  de nada de lo que había pasado, estaba en el hospital San Juan de Dios en Bogotá, lo operaron  y le colocaron platino en la columna; los médicos decían que podía quedar en silla de ruedas pero después de mucho tiempo de estar atado a un aparato en todo su cuerpo, y llevado por su fuerza de voluntad, salió delante.
Al mes de que Alonso se mejoró, Alicia se enteró de que tenía tres meses de embarazo; y así nací yo.
Luego de que cumplí los 10 años, mi madre se volvió a sentir mal; pero Alonso acompañado de sus dos hijos supo enfrentar la enfermedad más dura y difícil que sus accidentes: ver a Alicia enferma.
Droga, médicos,  psicólogos y la ayuda de Dios fueron necesarios para salir adelante, después de unos meses Alicia mejoró. Hoy después de mucho tiempo y muchos altibajos, en la vida de mi padre, él es  feliz, volvió a cambiar de trabajo y ahora tiene un almacén de repuestos en la 20; trabajamos en familia, mi madre, mi hermano y yo;  construimos nuestra casa en la 42 donde vivimos y trabajamos; en estos momentos mi padre quiere seguir adelante sin dejar de darle las gracias a Dios por todos los milagros que le ha hecho en su vida.
Por eso para mí la historia de mi padre dejará huella en todos nosotros y para mí es una historia memorable ya que la vida de mi padre y todos los hechos ocurridos en su vida son impactantes y en nuestra familia estar juntos es un milagro de Dios.

Mi padre es un guerrero, ha salido de las más difíciles, nos ha sacado adelante, la ha dado toda por no dejarnos caer en los peores momentos de la vida, pase  lo que pase siempre podrá contar son nosotros. Me siento afortunada por contar con mi familia y por eso este artículo es un homenaje. 

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