Mi propósito es relatar parte
de la vida de mi padre ya que para mí es un ejemplo de vida y perseverancia.
Mi padre Pablo Alonso Puerto
Torres nació en una vereda de Santa Rosa De Viterbo el 2 de junio de 1968, vivió
con sus padres hasta los 13 años cuando se fue de la casa junto con su hermano mayor, Jairo Puerto
Torres, quien en ese entonces tenía 15 años.
Al llegar a Duitama consiguieron
trabajo en un taller de mecánica sin
saber nada de mecánica, pero poco a poco
fueron aprendiendo; no tenían donde dormir así que cuando salían de trabajar
volvían a la finca; el trayecto era duro y largo ya que desde Duitama hasta Santa
Rosa y luego desde Santa Rosa hasta la finca llegaban muy cansados.
Así pasó un tiempo y se fueron
a vivir con su hermano a Duitama. Y Alonso vivía entre el trabajo, sus novias y
la diversión.
Al cumplir 15 años, y de paseo en
su cicla en el Pantano de Vargas, fue atropellado por un carro dejándolo muy
malherido; incluso hasta le hicieron un croquis; sus lesiones fueron muy graves
pero se dieron cuenta de que estaba vivo
y le hicieron varias operaciones porque su brazo quedó muy maltratado y
casi no lo pueden recuperar; después de un tiempo pudo volver a trabajar.
Alonso comenzó a trabajar como
si no le hubiera pasado nada; su mamá y su familia le ayudaron mucho; pasaron
otros años muy felices, se divertía demasiado dice Alonso, pero a sus 18 años
fue reclutado por el ejército aunque no debían llevarlo porque las lesiones
habían dejado secuelas; aún así el ejército lo llevó al batallón de Sogamoso. Fueron
tiempos muy difíciles ya que con una
pierna y un brazo “emplatinados” no
podía correr, no podía hacer ningún ejercicio; esos meses fueron difíciles e
interminables; sus padres hicieron hasta lo imposible para sacarlo y seis meses
después lo lograron; luego volvió a trabajar en la mecánica ya que era su
trabajo preferido.

Al nacer Daniel, Alicia se enfermó
mucho, ya que le dio una especie de ataque de nervios y se deprimía; esto fue
muy difícil para Alonso ya que le tocó de padre, madre con un bebe recién nacido y
una esposa muy enferma, y claro, un trabajo muy difícil por cumplir; luego de
un tiempo Alicia se alivió, y volvieron
a salir adelante.
Alonso dice que su mayor sueño era
ser camionero, hasta que lo cumplió y se compró un camión; “el verde”, le
decían en el trabajo.
En este nuevo trabajo le
pasaron muchas cosas, una de ellas fue una retención realizada por la guerrilla
durante nueve días en el Llano; unos pensaban que los iban a matar, otros que
no volverían a su casa; sin embargo salieron con vida, y eso para mí es un
verdadero milagro de Dios.
La situación del camionero es
dura, dice Alonso, corre la vida mucho riesgo.
En uno de los varios viajes para
Cúcuta se le paralizó media cara; en ese momento fue tal el susto que salió muy
rápido y fue al centro de salud de Pamplona; luego completó su entrega y se
devolvió inmediatamente para Duitama y a punto de terapias logró mejorar la situación
de su cara aunque no le fue totalmente satisfactoria.
En otro de sus viajes, Alonso
iba llevando una carga para Yopal; era noche y tenía mucho sueño, así que le
dio el camión al chofer que iba con él pero más adelante se accidentaron.
En
Duitama cuando se disponía a arreglar el camión, iba a bajarle una rueda, y al
sacarla el rin se saltó y mi padre resultó muy lastimado, por poco es aplastado;
no pudo caminar en semanas, pero luego con la ayuda de un bordón quedó muy bien.
Luego dejó de viajar y decidió dedicarse a otro negocio. Éste consistía en
procesar plásticos; adquirieron maquinaria que permitía fabricar mangueras para
riego; allí tuvieron muchos inconvenientes
por el ruido y la electrificadora ponía muchos inconvenientes por el
consumo de electricidad; ese fue otro trabajo muy luchado y guerriado por mi
padre y mi madre.

Al mes de que Alonso se mejoró,
Alicia se enteró de que tenía tres meses de embarazo; y así nací yo.
Luego de que cumplí los 10 años,
mi madre se volvió a sentir mal; pero Alonso acompañado de sus dos hijos supo enfrentar
la enfermedad más dura y difícil que sus accidentes: ver a Alicia enferma.
Droga, médicos, psicólogos y la ayuda de Dios fueron necesarios
para salir adelante, después de unos meses Alicia mejoró. Hoy después de mucho
tiempo y muchos altibajos, en la vida de mi padre, él es feliz, volvió a cambiar de trabajo y ahora
tiene un almacén de repuestos en la 20; trabajamos en familia, mi madre, mi
hermano y yo; construimos nuestra casa
en la 42 donde vivimos y trabajamos; en estos momentos mi padre quiere seguir
adelante sin dejar de darle las gracias a Dios por todos los milagros que le ha
hecho en su vida.
Por eso para mí la historia de
mi padre dejará huella en todos nosotros y para mí es una historia memorable ya
que la vida de mi padre y todos los hechos ocurridos en su vida son impactantes
y en nuestra familia estar juntos es un milagro de Dios.
Mi padre es un guerrero, ha
salido de las más difíciles, nos ha sacado adelante, la ha dado toda por no
dejarnos caer en los peores momentos de la vida, pase lo que pase siempre podrá contar son
nosotros. Me siento afortunada por contar con mi familia y por eso este
artículo es un homenaje.
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